
Ventana de cristal que susurran secretos al viento 
golpeada por tormentas de agua empecinadas. Afuera 
como tejedoras locas que tejen y tejen abrigos 
levantado escombros de relaciones superficiales. 
Ayer en la vereda el temor de recordar tu mirada 
hoy es difícil definir de qué color tus pupilas. 
Son muchos los que necesitan del silencio 
nada es más cierto que sentirse acompañado 
del buen vino en la mesa sangre vertiente. 
Desahogo la tristeza en unas cuantas copas dormidas. 
Lejos la arena en tus labios de verano
todo el año saboreando esos besos...ah tan deliciosos 
besos con sabor a mar a sal y a caucho marino la lengua. 
Tres meses con ese amor por la calles 
noventa días gloriosos que me golpeaban con su fortuna la dicha;
y llegó el final ese tremendo final de verano 
gaviotas gritando en las orillas y una que otra sonrisita nerviosa 
No llores...me repetía en el espejo mi otro yo 
es imposible no llorar con esos ojos de turquesa. 
Le tomo la mano en ello se me fue...como dirían...la vida. 
Tormenta en la costa. 
Los elementos de la naturaleza se apadrinan 
se juntan en su fiesta de fin de año. 
Allá va mi reina tan hermosa sirena 
de tres meses con sus besos con sus manos de nieve con toda la riqueza acumulada.
Es tarde en mi escritorio, mañana...mañana...no sé
 
 
 
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